Detrás de cada nuve hay un rayo de sol

Arqueó la ceja con absoluta y extrañada sorpresa. ¿Una amiga? ¿Quién sería? Su hermana reanudó su marcha, dejando tras de sí al hombre, la siguió, parecía que las relaciones sociales tampoco se le daban muy bien.
Y aunque normalmente lo hubiera ignorado, miró atrás, era un casanova, y provablemente se escudaba en ser del sur por haberse tomado tantas confianzas, ''todo por las mujeres'' había escuchado más de una vez. Suspiró resignada, y rodó los ojos, se sintió terriblemente estúpida por el creciente sentimiento infundado de estarlo avandonándolo, él no era nada suyo, no lo avandonaba, pero su pasado volvía a pasarle factura.

Le dio un leve codazo a su hermana para llamar su atención. Ella no podía decir ''Adelante, acompáñanos'' Era su hermana, adonde iba su hermana y la amiga de su hermana, así que tendría que preguntarle.
Una vez la escarlata mirada de la pelinegra se posó sobre la suya avellana le dedicó una mirada cómplice, y con un sutil movimiento de cabeza señaló al ''sureño'' preguntando sin necesidad de palabras un clarísimo ''¿Y él qué?''

Si hubiera una persona golpeando las teclas de un piano a la vez, sin duda ese seria el fondo que tendría Rico ahora mismo.
"Valla giro de la historia." Pensó el cazarecompensas quedandose practicamente congelado por sentirse tan ignorado en ese momento.

Las dos mujeres habían perdido el interés en él, una mas que la otra, ya que desde un principio, Rico se había olido la molestia de la morena. Esta parecía hablarle, o mejor dicho regañandole. Sin embargo, Rico estaba perdido en sus pensamientos, o mas bien con la mente en blanco, sintiéndose molesto por el fallo que le había costado dos mujeres hermosas, aunque por esta vez no recibió un golpe por ello.

Solo el rugido procedente de los alrededores hizo romper el trance del frustrado. Este se alarmo, pegando un ligero brinco del susto, como cuando alguien se despierta de repente de su sueño. Tardo unos segundos en centrarse y enterarse de lo ocurrido.

Fue entonces cuando lo vio, un inmenso tigre blanco al lado de las dos mujeres como si nada pasara. En otras circunstancia, Rico preferiría alejarse de los animales salvajes como ese. Pero la impresión y la curiosidad le fue mayor, nunca había visto uno de ese color.

-¡Valla!- Exclamo impresionado mientras se acercaba con interés al animal, colocandoce a la derecha de la pelirroja. -¿De verdad es un tigre albino...? Guau, mira que patas, que pelaje... Que dientes.- Sin duda, Rico se había ilusionado con el tigre, no se le paso por la cabeza lo peligroso que podrían ser, tan solo se quedaba mirando de un lado para otro al animal observando como un turista en un zoo.

Vio al tigre y se lanzó sobre él en un placaje digno el mejor equipo de fútbol americano, olvidó lo que decía su hermana para abrazar, acariciar y besuquear al hermoso tigre de pelaje blanco, y no es que hubiera visto muchos tigres pero no recordaba haber visto ninguno así.

Se comportaba impulsivamente como una niña cuando le regalan el juguete que tanto deseaba, y aunque criticaría ese comportamiento tan infantil en cualquier otro y en ella misma, no pudo contenerse.
Nunca era tan impulsiva ni asquerosamente idiota, pero ese ataque de risa todavía debía afectarle al cerebro.

-¡Oh, hermana, es preciosa! - dijo maravillada, como si por un momento hubiera dejado a la niña curiosa y cariñosa que fe en su momento.

El tigre era bastante hermoso. Sin duda Rico se lo llevaría si no fuera porque al momento le desgarrarían la piel a tiras, y no se referirá precisamente al tigre.
Sin embargo, el cazarrecompensas veía que ya no pintaba nada allí, las dos mujeres ya solo velaban por sus ocupaciones personales y a él no le gustaba meterce en los problemas de los demas, mas que nada porque no era asunto suyo... "Cada uno a su bola" eso decía él.

-Bueno señoritas- Dijo con su siempre tono simpático y orgulloso. -A sido un placer y todo eso, pero tengo sitios a los que ir y gente a las que encontrar.- A cada palabra que decía iba dando un paso hacia atrás, para no darles la espalda a ellas todavía.- Ya no veremos por ahí y tomaremos algo, si eso.- Dicho esto, Rico se dio la vuelta al fin, y camino a paso ligero hacia el puerto, con dirección de dejar la ciudad en barco, como tenia planeado desde el principio.

Y ahora era su hermana la que se partía la caja. No puedo evitar reír con ella, aunque con muchísima menos intensidad, no podía evitar sentirse terriblemente estúpida.
Escuchó a Rico despedirse y lo miró con una ceja alzada, el pobre chaval se sentía fuera de lugar y aunque en cierto modo era cierto, le supo mal.

-Eh, tu. - lo llamó con rudeza. -Puedes acompañarnos a tomar algo. - no era una pregunta ni mucho menos, estaba dándole permiso para acompañarlas. -Pero si tienes mejores cosas que hacer puedes irte. - le dedicó una pequeña sonrisa, y se giró, volviendo con su hermana y su preciosa tigresa albina.

Off: Sorry por la tardanza y lo corto que es post xD

-Un trago nunca viene mal, yo me quedo afuera con Yasha si eso y ustedes entráis, no creo que acepten a esta pequeña ahí dentro, mas que nada por la que se puede armar ahí dentro, oh...la pregunta debería ser si me dejaran entrar a mi, después de la que arme aquí, ash que lío, bueno todos en marcha.


La joven sin mas con una sonrisa en el rostro comenzó a andar con la tigresa siguiendola como si nada, a paso firme y sonriente, quizás el día había empezado negro como la noche, pero la luz del sol comenzaba a entrar en su día, o quizás solo era que estaba de especial buen humor, el caso es que estaba feliz, la tigresa iba tras ella como si nada, mientras que al salir de aquel callejón todos miraban a la oven y al animal pero a ella como que no le importaba, entonces paso algo que solía pasar muy a menudo, un hombre se acerco a ella, era bastante alto y ancho, le sacaba un par de cabeza, la joven alzó una ceja.

-Se aparta o le aparto, por que sinceramente no quiero dar un rodeo y me esta molestando, largo largo~~

-No voy a apartarme, Aria Scarlet, el Demonio Escarlata, precio de 8 millones por tu cabeza vengo a cazarte, y a cobrar tu recompensa, con ella me comprare de todo, seré rico, seré famoso seré...


-Seras golpeado,te dije que te apartaras -como si nada Aria había convertido su puño derecho en diamante y lo había enterrado en el estomago de aquel hombre que había salido despedido como si nada, para después volver a andar hasta una taberna esperando aquellos dos para tomar algo- Y así se fue mi buen humor del día, tsk

''Oh, no'' Fue lo único que pudo pensar. Ese hombre que fue tan éstupido como para acercarse a su hermana era compañero suyo, lo había visto un par de veces, al fin y al cabo no hay demasiados cazarrecompensas.
Solo esperaba que no la hubiera visto, eso la perjudicaría mucho.

-Mierda hermana. - se llevó una mano a la cara en un completo facepalm. -No vuelvas ha hacer eso. - la reprendió.

Se había sorprendido gratamente de las habilidades de su hermana pequeña, pero acavaba de amainar y la gente comenzaba a salir a la calle, y con una gigantesca tigresa albina a sus espaldas ya llamaban suficiente la atención, como para que encima se le acercara un hombre diciendo que tenía una recompensa de 8 millones y ella le zurrara dejando ver el poder de su akuma-brillitos.
No solo se buscaría ella problemas innecesarios, sino tambien a los que la acompañaban.

Off: Aclaro que en estos tiempos Erza era todavía Cazarrecompensas xD

-Pues que no se meta en mi camino, ya tengo un día lo suficientemente malo como para que me venga uno de tus compañeritos a decirme, voy a cazarte y no podrás hacer nada al respeto, ah no, eso si que no, mi honor y mi orgullo me impiden el no hacer nada , cuando un tiparraco de dos metros me viene pavoneandose , mi deber es darle un guantazo y enseñarle que los mejores perfumes vienen en frascos pequeños-Como si nada continuo su camino con su "pequeña" mascota alvina mientras rajaba y maldecía todo lo que se cruzaba a su paso, si había algo que la molestara sin duda era que la reprendieran cuando ella no tenía culpa de nada, la culpa la tenía aquel estúpido cazarrecompensas que había atentado contra su siempre escasa y cambiante paciencia-

off: perdon que sea tan cortooo pero no tengo tiempo uwu))

Frunció el ceño, sabía que la hostilidad de su hermana era la unica forma que veía de sobrevivir, cerrarse y parecer dura.
Ninguna mujer era la mitad de dura que aparentaba y por supuesto, eso la incluía a ella misma.

-Pues por culpa de tu honor y tu orgullo acabrás entre rejas. - era más bien tan solo orgullo. -Siempre hay alguien más poderoso que tu.

No quería sermonearla, tan solo aconsejarla, pero como un niño que cree que se las sabe todas, podía presagia que la pelnegra iba a rebotarse.